Los que nos oponemos a la desastrosa política exterior de la actual administración debemos hacer una fuerte declaración dirigida tanto a los terroristas.
Las protestas subrayan los dramáticos cambios en el debate sobre el desarrollo de los últimos años, y denuncian las nefastas políticas apoyadas por EEUU que se mantienen intactas.
Mientras que espiar a sus propios aliados no es inusual en la ONU, nuevos cargos contra los EE.UU. y Gran Bretaña pintan un retrato condenable de su indigno empuje hacia la guerra en Irak.