El 24 de octubre un pequeño pero creciente número de norteamericanos celebró el “Día de Recuperar tu Tiempo” abandonando el trabajo para disfrutar de la vacación que normalmente no tiene. Este asueto peculiar fue organizado por un comité de economistas y defensores no lucrativos en respuesta al hecho de que, como sociedad, estamos trabajando más que nunca. Después del día 24, si nuestra carga de trabajo estuviera a la par del mundo industrializado, tendríamos de vacaciones lo que queda del 2003.
En comparación con los trabajadores de Europa Occidental, el norteamericano promedio trabaja 350 horas más al año, el equivalente de nueve semanas extras. Además, un estudio de la Organización Internacional del Trabajo reporta que en el 2000 el trabajador norteamericano promedio trabajó 199 horas más que en 1973.
A pesar de trabajar duro, muchas personas apenas se mantienen a flote en la economía moderna. Nuestros días están llenos de estrés. Comemos con apuro. Y a pesar del tiempo que ahorra, la tecnología crea más cuellos de botella y más cargas. Tenemos menos tiempo para estar con la familia, menos tiempo para invertir en nuestra comunidad, menos tiempo para relajarnos.
Este dilema tiene dos caras. Por una parte, el incremento del tiempo de trabajo es parte de una tendencia mayor en la que los norteamericanos de la clase trabajadora y de la clase media se encuentran pasando apuros económicos. Nuestra mitología nacional asegura que la economía de EEUU marcha inexorablemente hacia el progreso, que a cada generación le va mejor que a la de sus padres. Pero los datos indican que las últimas décadas no han sido de bonanza para la mayoría de la gente.
Aunque los salarios reales aumentaron de manera estable después de la Segunda Guerra Mundial, en 1973 llegaron a su pico y comenzaron una larga declinación. A pesar de algunos años de mejoría a fines de los 90, los salarios promedios por hora para los trabajadores de la producción y de no supervisión nunca han vuelto a los niveles de hace 30 años, según la estadísticas del gobierno compilada por el Instituto de Política Económica. Si su salario normal no alcanza de la misma manera en que lo hacía antes, la gente tiene que trabajar más horas sólo para mantenerse.
Encima de esto, muchas compañías están exigiendo horas extras obligatorias a sus empleados. Eso daña no sólo a los que están sobrecargados de trabajo, sino también a los que están subempleados. A muchos trabajadores de bajos salarios se les niegan las horas que necesitan para mantenerse, y en su lugar permanecen como trabajadores de tiempo parcial o de contingencia.
La otra cara de la ausencia de vacaciones de Estados Unidos proviene de nuestra compartida locura consumidora de compras. Cada vez más el trabajo sin parar es una forma de pagar por un estilo de vida que está repleto de cosas. El hecho de que la deuda por hogar haya aumentado en años recientes hasta niveles récords en relación con el ingreso disponible debiera provocar preguntas acerca de nuestros gastos: ¿Necesita realmente alguien ese televisor de pantalla ancha de plasma? ¿El nuevo SUV? Al redefinir como necesidades las cosas que anteriormente fueron lujos exagerados, hemos perdido el momento para disfrutar de la familia, la comunidad y el ocio.
Celebrar el “Día de Recuperar tu Tiempo” nos ayuda a pensar en la manera de vivir más simplemente, gastar menos y reducir nuestra carga de trabajo. Los organizadores de la celebración se inspiraron en el Día de la Tierra, que impulsó la creación de la agencia de Protección del Medio Ambiente y legislaciones como la Ley de Aire Limpio a los dos años de su inicio. Como un paso simbólico promisorio, el Senado respondió a principios de septiembre a las preocupaciones acerca de la carga de trabajo con la Resolución 210, que designa octubre como “Mes Nacional de Trabajo y Familia” y afirma un “balance entre el trabajo y la vida personal”.
Sin embargo, ir más allá de promover la conciencia y tratar el aspecto salarial de la ecuación es una tarea más difícil.
Históricamente los sindicatos han sido un vehículo clave por medio del cual la gente ha luchado por obtener un pago justo y horas razonables de trabajo. Como nos recuerda una pegatina en un parachoques, los sindicatos “son la gente que nos trajo el fin de semana” en primer lugar, y que se enfrascó en históricas luchas por obtener la semana de trabajo de 40 horas.
No es casualidad que la disminución de tiempo libre que hemos experimentado en las últimas décadas se corresponda con el dramático debilitamiento del movimiento sindical norteamericano. El porcentaje de trabajadores no agrícolas representados por sindicatos disminuyó del 27,8% en 1970 a 13,6% en el 2000, según un estudio publicado en el Monthly Labor Review. Los sindicatos de los sectores manufactureros mejor pagados fueron los que más sufrieron, con puestos de trabajo enviados al extranjero, a lugares con salarios más bajos y menos protección al medio ambiente.
La decadencia del sindicalismo tiene implicaciones que afectan a la fuerza de trabajo. Las empresas tienen mayor libertad para presionar a los trabajadores para que cumplan jornadas más largas de trabajo. Y sin sindicatos que sirvan como vigilancia institucional acerca de la desigualdad en el pago, los trabajadores norteamericanos posiblemente no reciban una parte justa de la prosperidad cuando mejore la economía. Aunque los impactos puedan parecer abstractos, los sentimos en nuestra vida cada vez más turbulenta.
Al igual que las luchas de hace tiempo por limitar el día de trabajo, la batalla de hoy por recuperar nuestro tiempo requerirá del apoyo público de campañas de sindicalización y exigencias porque se fortalezcan las leyes laborales. El derecho a organizarse está contemplado tanto en las leyes de Estados Unidos como en la Declaración de Derechos Humanos, pero en la práctica los patronos lo violan constantemente. La Junta Nacional de Relaciones Laborales nombrada por Bush sólo ha disminuido las posibilidades de que se cumplan mejor y ha aumentado la necesidad de presión externa.
¿No tiene seguridad de si es mejor la acción política o la decisión de comprar menos en la próxima temporada de fiestas? Pruebe a tomarse un día libre para relajarse, que se lo ha ganado, y dedique algún tiempo a pensar en esto.